«Algunos recuerdos son inolvidables, permanecen siempre vividos y son conmovedores» Joseph B. Wirthlin
Tendríamos que reconocer que hemos dejado ir a la generación que creó la España que tenemos
Vivieron la realidad de la guerra, el hambre en la posguerra y participaron en las calles para crear la “democracia”. Casi todos ellos terminaron en soledad sus días. ¿Qué hemos hecho para fallarles? Esta historia es para recordar, a los más de 35.000 muertos mayores que de forma directa o indirecta perecieron por el Civid-19. Esta pandemia ha sido el final del camino para mucho de nuestros mayores, la última carrera para toda una generación de luchadores. El 86% de los casi 30.000 muertos reconocidos por España eran mayores de 65 años. De ellos, casi la mayoría superaba los 80.
La señora Julia y la señora Dolors en la residencia geriátrica Gure Etxea practican ejercicios matutinos con el fisioterapeuta en la zona confinada por dar positivo al Covi-19. Barcelona, España, abril, 30, 2020.

Una señora yace en su cama a espera que una de las cuidadoras le ayude a levantar. Barcelona, España, junio, 6, 2020.

La señora Carmina acompañada de la enfermera Verónica se asoman al balcón de la residencia geriátrica Gure Etxea para hacer ” balconing” De esta forma le llaman a la comunicación entre usuarios y familiares. Barcelona, España, mayo, 5, 2020.
Hay veces que nos sentimos una y otra vez conectados a miles de historias que vivimos durante toda una vida, o parte de ella. Historias de amor, de amistad, experiencias que te dejan satisfacción y otras que saben a desilusión. Todo esto nos deja un recuerdo en la memoria que en muchos momentos nos gustaría olvidar … ¿De qué nos sirve recordar? Tal vez no sirva de nada, pero… “Recordar es volver a vivir", escuché hace unos días en la residencia. y es cierto.

La señora Teresa celebrando su 95 cumpleaños. fue un día especial en el Centro Geriatrico Gure-etxea, disfruto todo el equipo, de un rato de felicidad. Barcelona, España, mayo, 5, 2020.
La palabra que los mayores nos prestan con sus recuerdos sirve para que la memoria -de ellos y ellas- quede reflejada en la nuestra. Algo tan importante y fundamental para nuestro aprendizaje y esencial para nuestra adaptación en el entorno: la capacidad de aprender y de recordar nos permite, entre otras cosas, poder tener una mayor adaptación social. La recuperación de su memoria constituye de esta forma un acto de resiliencia, de vida y de dureza.

Retrato a Rafael mientras espera que una de las señoras del Centro Geriatrio Gure Etxea haga sus ejercicios matinales, Rafael hace poco que entró de nuevo al centro, estuvo de baja por contagio de Covid-19. Rafael es el fisioterapeuta de la residencia. Barcelona, España, mayo, 30, 2020.

Feli descansa en su habitación del Centro Geriatrico Gure Etxea, Feli tiene la edad de 104 años y necesita descansar permanentemente. Barcelona, España, abril, 29, 2020.
Originalmente para este proyecto imaginé fotografías dramáticas para imitar el sufrimiento de los demás, no obstante, terminé siendo atraído por la claridad que envuelve la memoria de los mayores. Una memoria que es algo más que un recuerdo frágil al que nos aproximamos con un simple proceso mental. Una memoria que alimenta nuestros sueños crea eventos y refleja nuestros preciados valores y deseos.
Hablando de otra forma, su memoria me dio la posibilidad de recordar historias, ideas, relaciones entre personas, familias, amigos, hijos y, lo más importante, vivir -una y otra vez- todas aquellas sensaciones que he experimentado con ellos, todos los estímulos que en algún momento me han puesto la piel de punta.

Julia acuna a su bebe de plástico en la zona aislada por dar positivo en Covid-19 en el Centro Geriatrico Gure Etxea de Barcelona, España, mayo, 29, 2020.

Cajas de los difuntos por Covid-19 en el centro Geriatrico Gure Etxea de Barcelona, España, junio, 5, 2020.

La siesta es parte fundamental para las abuelas, ese ratito de sueño las reanima. Barcelona, España, mayo, 5, 2020.

